Ayer, después del recreo, apareció una caja grande en mi mesa. Estaba cerrada y no la esperaba, por lo que cada uno fue diciendo qué creía que era lo que había dentro. Desafortunadamente, nadie acertó. Lo primero en salir fueron varios paquetes de servilletas y luego otros tantos de vasos pequeños de plástico. Con esto, según ellos, teníamos para los cumpleaños. Pero había algo más: una garrafa de cinco litros de flúor.
Por lo tanto, a partir de ahora y hasta que termine el curso, bisemanalmente se tomarán (no tragaran) el culillo de uno de los minivasos. De hecho, hoy ya han comprobado que pica un poco.
Por otra parte, el primer trismestre llega a su fin. El próximo lunes 19 (a las 16 horas) se entregarán las notas y el jueves 22 finalizan las clases (con horario normal).
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